LIDERAR EQUIPOS EN LOS TIEMPOS DEL TELETRABAJO
03/04/2020 · Blog José
Luis Zunni, Blog
Management & Leadership, Gestión de
Personas, Liderazgo, Management, Portada
Antes que
nada, un memento especial por todas y cada una de las 10.003 víctimas que ya se
ha llevado este maldito fantasma de la muerte que es el coronavirus.
Cada uno de
nosotros está sufriendo el aldabonazo de esta pandemia del COVID-19. Familia,
amigos y colegas están sufriendo el maldito virus en estos tiempos de
resistencia y resignación. Algunos de nuestros lectores sois supervivientes.
¡Resiliencia!
Este es un
homenaje muy sencillo, pero desde el corazón.
Mientras
unos combaten en el frente de batalla con sus batas blancas y sus uniformes
militares, otros resistimos
en trincheras acolchadas por el wifi, whatsApp y Neflix. Sin embargo, no
hay que descuidarse. El reto es mantener todo dispuesto para reactivar la
economía el Día Después. Recordad la máxima latina hecha suya por el Congreso
de Viena: “Si vis pacem, para bellum”. Así que preparemos la batalla de la
reactivación económica en estos tiempos del coronavirus.
Liderar equipos en los tiempos del teletrabajo
¿Estamos preparados como profesionales y directivos
para ejercer el liderazgo que requieren los equipos de trabajo? ¿Somos
realmente conscientes de que los equipos están atomizados en sus respectivos
domicilios, pero se supone que deben seguir actuando como equipos mediante
el teletrabajo?
Es probable que nos encontremos por primera vez ante
este reto de la coordinación y supervisión de equipos en remoto. Contamos con la tecnología para ello; pero, ¿también con el
liderazgo necesario?
La situación se hace cuesta arriba si a esto le sumamos
la profunda gravedad que estamos viviendo, lo que nos da un panorama de
malestar e incomodidad para asumir determinadas tareas.
Pero hay que
preparar nuestra mente y emociones para esa actitud que esperan de nosotros.
Una respuesta adecuada y ajustada a la realidad que nos ocupa.
La buena noticia para los líderes
No importa
su posición, si es más o menos importante en la organización. Lo que sí
sabemos, con toda seguridad, es que es el momento en que le necesitamos como líder. Que tiene que
ejercer su liderazgo porque es más esencial que nunca.
Los equipos
de trabajo remotos efectivos no solo requieren la tecnología adecuada, sino que
requieren el liderazgo correcto.
1º) Positividad destox
Hay que desintoxicarse de negatividad. El coronavirus ha creado una profunda
ansiedad e incertidumbre en la ciudadanía. Esto hace que el personal que
tenemos que coordinar como equipo, aunque estén cada uno en su casa guardando
la cuarentena, pueda estar también desanimado y bajo de forma psicológica.
En momentos
así, nuestra mente crea imágenes que son destructivas, porque los estudiosos de los
mecanismos neurobiológicos del cerebro han investigado en los últimos años la
importancia que tiene cuando un pensamiento negativo se apodera (es como si
absorbe) el resto de pensamientos que tenemos en nuestro ordenador central en
la cabeza. O sea, predomina
un pensamiento dominador. Y esto es lo que debemos
combatir. Y si ya es complicado en circunstancias normales, mal se pone la cosa
cuando estas son extraordinarias.
Por tanto,
la cohesión del equipo debe hacerse como si estuviesen todos los miembros en su
habitual espacio, en cualquiera de las reuniones de trabajo y coordinación que
se tienen.
Estarán más
nerviosos de lo habitual. Algunos quedarán atrapados (es
inevitable) en un pensamiento que les llega a atormentar: “¿Qué es lo que pasará en el futuro con mi empresa y mi puesto de
trabajo?”
Otros simplemente estarán enojados y con muy pocas
ganas de colaborar, porque
considerarán que es una pérdida de tiempo que no conduce a nada, dada la
gravedad de la situación.
Algunas
personas nos preguntarán en nuestro rol de líderes “¿de qué sirve intentarlo?”
Una cuestión fundamental para un líder efectivo es
dejar en el armario sus preocupaciones y sentimientos que realmente tiene como persona
(lo que nos preocupa y afecta a todos en estas circunstancias) y poner el
modo on de su rol de líder. No es tanto por lo que usted puede sentir, sino
por lo que su personal necesita sentir. Esta es la clave.
2º) La tempestad y la calma
Su rol como
líder debe estar basado en el ejemplo de calma razonable.
No sirve de
nada demostrar que usted está tranquilo, cuando en realidad no puede transmitir
este sentimiento. Servirá mejor a su equipo al ser una voz de razón y calma que
la esté transmitiendo. Que lo perciban así.
Debe apelar a convertir el instrumento tecnológico
(vídeo conferencias, mails,
comunicaciones a tres bandas, etc.) en un espacio de gran empatía, comprensión y
colaboracionismo profesional.
Respetar y
comprender las situaciones personales de cada miembro de su equipo, porque
habrá limitaciones, algunas tan simples como que tendrá que estar operando sus
habituales tareas desde la cocina porque hay un niño de seis años que está
moviéndose y gritando como es habitual en él y que no entiende el porqué de la
situación de confinamiento.
De ahí que su liderazgo percibido como esa
voz que pone orden y calma hará que tiendan a relajarse un poco, hacer
su trabajo y desechar esas preguntas de pensamientos negativos que le están
incomodando en su psicología individual, que además no puede transmitir a sus
hijos o a su respectiva pareja.
3º) Comunicación equilibrada y actuación reforzada
Buscar un nivel
de comunicación en el cual el personal y los miembros de los equipos perciban
que su líder está creando un ambiente en el que se enfatiza el apoyo verbal y
el aliento. Y, si es
posible, evitar las críticas que no sean oportunas. No quiere
decir que no se hagan. La cuestión es cómo se presentan.
Siempre hemos recalcado desde esta tribuna la
importancia de la crítica positiva y la utilidad del feedback. ¡Pero cuidado! Estamos buscando una fuente de estabilidad para que el
equipo en conjunto siga manteniendo un nivel razonable de productividad.
Esta la cuidaremos si cuidamos a los seres humanos y sus emociones, así como
sentimientos que les afloran y que debemos saber canalizar muy bien con la
orientación adecuada y nuestra experiencia como líderes frente a los retos y
las crisis.
Las respuestas frente a los unos y las otras son
similares. Aceptar
la realidad, no pretender disimularla ni quitarle la gravedad ni la importancia
que tenga. Cuánto más transparente se sea, mejor nos irá como líderes.
Casualmente,
durante estos días de confinamiento masivo, expertos de una consultora
internacional como Korn Ferry alertaban sobre qué valores son fundamentales
para el liderazgo en esta transición tan larga que nos está haciendo vivir el
coronavirus.
Se referían
a tres aspectos básicos que debe cuidar el líder efectivo para enfrentarlo
económicamente y que nos permita recuperarnos a escala global:
1. Agilidad.
2. Transparencia.
3. Anticipación.
Lo sorprendente de esta posición que compartimos es
cuando lo hace extensivo a la propia cultura corporativa que debe adaptarse a
las circunstancias del coronavirus, por la cual las empresas tienen que tener, más que nunca, un
pensamiento disruptivo anticipándose al futuro, además de ser ágiles y transparentes en las decisiones.
O sea que la estrategia que se basa en estos tres
valores tendrá que cubrir el aspecto de seguridad en la provisión de
suministros y mantener a los empleados motivados mediante el
teletrabajo.
Pero, ¿cómo hacerlo? Con métodos de
gestión que no hayan sido aplicados en el pasado, aunque ahora requiera
que sean implementados, pero con la característica de que sean audaces.
Esta apreciación sobre el valor audacia (no habitual
en la literatura del liderazgo) nos parce acertada que se aplique, ya que los
planes estratégicos que se estén implementando pueden haber tenido éxito en el
pasado; pero podrían desmoronarse en la actualidad si no se tienen en cuenta
los aspectos fundamentales que afectará la crisis. De ahí que “ser audaces” en el
planteamiento, sumado a la
velocidad de respuesta, transparencia y capacidad de anticipación son lo que
podemos decir key instruments para
neutralizar el impacto del coronavirus en la economía y finalmente derrotarlo.
4º) La falta de respuesta o si es inadecuada
Estamos
convencidos que, si encuestásemos a veinte o treinta de nuestros colegas en la
materia, respecto a cómo encarar el liderazgo de equipo en medio de la tormenta
del Covid-19, nos dirían lo siguiente:
– Evitar que el personal caiga en
un estado de impotencia como consecuencia de haber experimentado
repetidas situaciones estresantes e incontrolables.
– Evitar que se instala en sus
pensamientos uno que es muy dañino, como que empiecen a creer que no
pueden hacer nada para controlar o cambiar su situación, incluso cuando el
poder para un cambio positivo está disponible para ellos.
Es evidente
que cuando las tareas y responsabilidades se afrontan con seguridad y con la
certeza que se están haciendo bien (orientación, capacitación telemática si es
necesario, supervisión, etc.), no sólo conduce a mejores resultados, sino que
tiene tres propósitos críticos:
1.
Evitar la parálisis por el miedo, incertidumbre y
falta de motivación.
2.
Liderazgo redireccionado los pensamientos cargados de
negatividad hacia posiciones positivas, que cambien la actitud del personal que ha caído en
un estado de ansiedad del que le está costando salir.
3.
Crear un sentimiento de autosuficiencia en el personal, que todo es posible, que vamos a
superar juntos esta situación y que tendremos la capacidad de alcanzar los
objetivos.
Sin duda, la autoconfianza eleva la
capacidad de autonomía del personal para la resolución de
cualquier problema. Es el elemento que neutraliza y elimina la impotencia
adquirida por la negatividad referida.
5º) La visión
No hay que
descartar nada, sólo saber diferenciar qué cosas se aplazan debido al
coronavirus. El personal debe saber qué proyectos aún pueden suceder incluso en
un entorno remoto como es el teletrabajo.
Tener en
cuenta qué reuniones virtuales harán avanzar el flujo de trabajo.
Siempre
hemos dicho que la visión
del líder efectivo tiene que enseñarla a su personal. Capacitarlos y entrenarlos en el
alcance de la misma. Pero también desde esta tribuna hemos insistido en
la importancia del establecimiento correcto en las prioridades.
Las actuales
no son fáciles de establecer, pero hay que hacerlo. Las circunstancias son
extraordinarias, lo que hace que la visión y dirección sobre las prioridades
actuales no descarten también actuaciones excepcionales, que en circunstancias
normales ni siquiera se pondrían sobre la mesa para una discusión con los
equipos. Pero esto ha cambiado.
Es importante reunirse con cada miembro del equipo de
manera telemática, uno a uno,
para discutir cómo desea que cada persona dirija su enfoque. Pero
preguntándoles a todos ellos cuál es su punto de vista. Su participación y
opinión, especialmente los que conforman equipos muy especializados (equipos de
alto rendimiento), es vital que se expresen como si estuviesen reunidos
físicamente en las oficinas.
Además,
pedirles cuáles son sus prioridades en las tareas y responsabilidades que están
desarrollando, ya que estas habrán tenido que ajustarse al momento presente.
Qué espera y qué prioridad entiende que debe implementarse porque cree que no
se pude esperar ni un minuto más. Que hay que tomar una decisión.
Si eso no es
posible, al menos tenga una reunión de equipo para discutir cuáles considera
que son las principales prioridades y qué cree que puede esperar ahora.
Fomentar el cuidado personal
Finalmente, el líder debe cuidar a su personal instándolos a tomar todas las
precauciones que nos están indicando las autoridades sanitarias,
porque es esencial evitar el contagio y no dejar de estar prevenidos ante un
virus que se lleva por delante personas de todas las edades, independientemente
de los más vulnerables por edad y patologías previas.
Hay muchas
cosas que se han gestionado mal desde el gobierno o que por su naturaleza han
estado fuera de control. A veces, la reacción tardía es tan mala como la
apreciación temprana de que nada de lo que ocurre es para preocuparse.
Por ello, el
líder debe fomentar el cuidado personal, incluyendo actividades como la
gimnasia, yoga, respiración profunda, etc.
En general, que realicen cualquier otra actividad
después de las horas de trabajo para calmar su ansiedad, revitalizar su corazón
y mente, porque espíritu y cuerpo son uno solo. Los
colaboradores del equipo son personas. Más que nunca debemos
hacerles notar que este valor que ahora estamos resaltando en nuestro trato con
ellos, es el más importante, el que nos permitirá derrotar definitivamente la
pandemia.
Artículo coordinado por José Luis Zunni,
director de ecofin.es y vicepresidente de Foro ECOFIN, en colaboración con
Salvador Molina, presidente de Foro ECOFIN; y Antonio Alonso, presidente de la
AEEN (Asociación Española de Escuela de Negocios) y secretario general de EUPHE
(European Union of Private Higher Education).
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