miércoles, 28 de febrero de 2018

Del libro Las 40 Puertas, de José María Doria


Del libro Las 40 Puertas, de José María Doria
https://escuelatranspersonal.com/abre-la-puerta-36-angel-negro-las-40-puertas-jose-maria-doria/
La cadena de sucesos que cada día vivimos parece a menudo seguir un patrón básico por el que se despliegan espirales insospechadas. Quizás detrás de los acontecimientos que nos suceden se halla alguna soterrada ley de ciclos y curiosas elípticas. Una ley por la que desplegar aceptación, sobre todo cuando en el reparto nos tocan las llamadas «desgracias».
En realidad, somos expertos en la evasión del dolor mediante pastillas, trabajo y copas, ignorando a menudo que, tras la cadena de pérdidas, existe un invisible hilo conductor que propone maduración y consciencia. Por otra parte, y a poco que miremos, no tardamos en descubrir que «todo pasa», y que lo que sucede está sometido a la ley de la impermanencia, una realidad que anima e infunde esperanza cuando nos toca vivir en «marea baja».
¿Acaso, ante la desgracia, alguien piensa que su dolor es porque el universo juega a los dados con la vida de las personas? ¿Acaso sentimos que detrás de la escena hay un juego maldito por el que, de pronto, nos «cae» una ruina, un cáncer o la muerte de una persona amada?
Podemos atravesar la incertidumbre y cultivar esa confianza que surge del más allá de la mente y de la que brota de un corazón abierto que ante el Misterio se inclina y reverencia. De antemano no podemos saber cuándo nos llegarán las llamadas ganancias o pérdidas; sin embargo, lo que sí intuimos es que lo que está por llegar, por deseable o indeseable que a nuestro «pequeño yo» le parezca, es lo que en algún nivel de consciencia nuestra evolución precisa.
Conviene vivir preparados para asistir al desprendimiento de lo que «ya no toca». Cuando al viejo orden le llega su hora y nos deja, conviene vivir todo el proceso en un estado de máxima atención y presencia. Bien sabemos que no tenemos más que el momento presente, y lo que sí es cierto es que el pasado ya se fue y el futuro es ahora.
Tal vez nadie escapa a las mil y una llamadas que la vida nos hace para seguir ampliando y comprendiendo. A veces tales llamadas aparecen en forma de avisos y señales que desoímos y aplazamos con resistencias. Es entonces cuando el Misterio nos envía un «ángel negro» cuya visita deconstruye nuestro pasado y abre la puerta a una vida nueva. Se trata de un ángel que transforma positivamente nuestra vida, paradójicamente disfrazado de catástrofe y pérdida.
Atención a las noticias que, de un momento para otro, ponen «patas arriba» nuestra vida. Ante las pérdidas inesperadas se halla al ángel negro que, visitando nuestra vida, abre puertas a una mayor consciencia. Se trata de visitas anunciadas en nuestra alma e inesperadas para nuestro ego, visitas que desarticulan nuestras defensas y propician aquellos cambios que nuestra consciencia precisa para profundizar la mirada.
Tras la visita del ángel negro, de pronto sucede que nuestra vida entra en crisis, al tiempo que la torre se desmorona. Los viejos hábitos caen y, de pronto, nada es igual que antes, incluida la zozobra que la situación conlleva. Son momentos en los que todo un programa de crecimiento y profundidad de la consciencia se ha puesto en marcha. Ante esta situación, por dolorosa que sea, uno puede entrever la intencionalidad del momento y afrontar con aceptación lo que le llega, o bien entrar en un mundo de negación, victimismo e inútiles quejas.
Parece ser que el duelo por las pérdidas dura lo que tardamos en aceptar lo que nos pasa. Pero en este proceso de aceptación no solo juega la voluntad de un querer aceptar, sino también un proceso profundo de resiliencia. Cada cual tiene sus «tiempos» para pensar lo sucedido y permitir ser encontrado por el nuevo diseño de vida que le espera.
Cuando el universo activa un ángel negro, nuestro ego tiembla. Algo en nosotros sabe que caerá el aferramiento y afrontaremos lo que había sido anunciado en ecos intuitivos que pedían un cambio de vida. Y, de pronto, una vez llegada la noticia, confirmamos que ya no hay marcha atrás en el adiós al viejo yo, ya no queda otra que mirar al horizonte tras la caída de lo que anteriormente aprisionaba.
Un salto de conciencia sigue a quienes han sido visitados por la inesperada «desgracia» de ese ángel negro que, de pronto, desmonta la casa. Sucede que quienes son objeto de tan trascendental visita renuevan sus vidas con un corazón más abierto y una mirada más compasiva.
Cuenta también la leyenda que hay ángeles blancos que también nos visitan trayendo regalos y adquisiciones inesperadas. Los unos sin los otros y los otros sin los unos no existirían, ya que ambos son partes de una misma realidad que nuestra mente disecciona. Tanto los blancos como los negros son figuras angélicas de radiante luminosidad, y eso no es cualquier cosa. En realidad son mensajeros del cielo que tejen nuestras vivencias en una malla evolutiva por la que aprendemos la lección que toca.
Se dice también que, cuando las personas han aprendido la lección básica de vida, ya no son objeto de visita ni por los de túnica negra ni por los de blanca. Todo entonces sucede para ellas como si la corriente del río descendiese por la ladera. Fluyen y ofrecen de beber a quienes a la orilla se acercan.


lunes, 19 de febrero de 2018

Liderazgo X*. Juan José Lopera Sánchez. Médico SintergéticoLiderazgo X*. Juan José Lopera Sánchez. Médico Sintergético


Liderazgo X*. Juan José Lopera Sánchez. Médico Sintergético
En un mundo cambiante, la adaptabilidad es el estandarte con que cuentan los líderes para aprender constantemente, enfrentar retos personales o profesionales y conducir sus equipos hacia la meta

Máster en Coaching con PNL, Máster en PNL, Coach Ontológico, Coach Ejecutivo, Motivacional y de Vida, Coach  sistémico  y  constelador  organizacional. Empresario:  Alienzone y Disitraining en España, Scalar y StressTech en Colombia.   Formador  y  capacitador  profesional  (Coaching Management Consultants SAS. Fórum,  Universidad  de  la  Sabana,  Uniandes,  CES),  Médico General  (CES,  Medellín)  formado  en Neurociencias  del comportamiento  (Boston  University)  y con experiencia  de más de 22 años  en procesos  de formación  y desarrollo  personal  de adultos.    Conferencista  y tallerista internacional  multilingüe  (Español, Inglés, Alemán, Italiano, Francés), ha desarrollado  ésta actividad principalmente en Europa desde 1997.  Columnista  en Misión  Pyme.
MisiónPyme  © 2017// Todos los Derechos Reservados


Mucho se habla y escribe sobre liderazgo hoy. Al mencionarlo, se hace énfasis en la multiplicidad de rasgos y maneras de ser líder, en las exigencias de cada profesión u oficio, en los contextos culturales, en la realidad sistémica, global e interdependiente del siglo XXI; pero esa integralidad y adaptabilidad desaparece cuando se definen los estilos de liderazgo académicos y “comerciales”, los que se ofrecen a empresas y se enseñan en aulas.
¿Qué significa ese término? Líder, en español, se deriva de un anglicismo que proviene de la raíz inglesa to lead (guiar, dirigir) y que, a su vez, proviene del vocablo indoeuropeo leith (abrirse paso). El liderazgo es, entonces, la capacidad de guiar, dirigir, inspirar, superar obstáculos individuales o colectivos. Es la habilidad de llevar un equipo hacia un objetivo común.
Tiene claros antecedentes en el mundo animal en el que se convierte en expresión de la supremacía a través de la fuerza y los enfrentamientos (lobos), la confabulación o alianzas (bonobos) o de asumir posiciones que implican riesgo y dificultad en pro del beneficio de la manada (aves migratorias). Es una de las competencias esenciales para alcanzar el éxito, desarrollar nuestro potencial, el de las personas a nuestro cargo y el de las empresas que dirigimos. A pesar de  ser un concepto general y amplio, cada líder poderoso y carismático tiene sus propias cualidades individuales que lo diferencian de los demás.
En eso consiste su belleza y, al mismo tiempo, las dificultades que implica diseñar un modelo amplio y específico simultáneamente. Son distintos Mandela, Gandhi y Simón Bolívar, aunque fueron líderes políticos que llevaron a sus pueblos a la libertad. También son disímiles los estilos de liderazgo que los oficios y actividades humanas requieren. Un equipo deportivo demanda habilidades, conocimientos y actitudes diferentes a las de un religioso o militar. Si alguien cambia de actividad, sus virtudes innatas y aprendidas de liderazgo tendrán que enriquecerse con las nuevas que su desafío le exija.
Los estilos y escuelas de liderazgo que se promueven, útiles en ciertos contextos, se fijan en el límite estrecho de su propia definición, sacrifican una importante variable para el liderazgo integral y evolutivo: la adaptabilidad. Necesitamos un modelo y una metodología que nos permitan evolucionar, aprender constantemente y enfrentar retos colectivos e individuales.
La confusión puede ser enorme. ¿Cómo es que existen más de 15 escuelas y estilos de liderazgo clamando ser la apropiada para nuestra empresa o equipo? ¿Cómo es que la mayoría de las metodologías de aprendizaje y fortalecimiento de esos estilos se enfocan solo en las competencias que los definen y se olvidan del futuro líder, su entorno social o laboral y sus desafíos cambiantes?
Esto sucede porque las teorías acerca del liderazgo atraviesan una fase de adolescencia en la que buscan su identidad desde la diferenciación, pero hay que comprender que el líder está en evolución constante y se expone a retos personales y laborales que incluyen en su ser, sus relaciones y su quehacer. Del reconocimiento de esa necesidad surge el Liderazgo X como un impulso para satisfacerla desde una visión holística, sistémica, evolutiva y adaptativa del concepto utilizable por todos. Plantea un nuevo modelo o paradigma que no busca diferenciación al considerar más valioso brindar un marco de referencia flexible y una metodología para que cualquier persona pueda desarrollar sus propias habilidades y talentos enfocada en su tarea, las características de su equipo y el nivel de autoconciencia y su adaptabilidad.
Este modelo permite que en el momento en el que los desafíos, tareas o equipo cambien, el líder pueda desarrollar las nuevas habilidades requeridas. Por eso es adaptativo y evolutivo, ¡carece de identidad! Es una máscara blanca, como las que se usaban en las antiguas tragedias griegas, que sirve a cada líder para encontrar la voz específica que necesita en cada momento.
El intento reduccionista de identificar algo tan amplio e inclusivo como el liderazgo con un “estilo” definido por competencias básicas es reflejo de un pensamiento cartesiano, racionalista, incapaz de percibir y actuar desde la conciencia sistémica. Es reflejo de un paradigma para el que no existe la física cuántica, el calentamiento global, la dinámica de sistemas, los modelos sociológicos de bienestar compartido, las inteligencias múltiples, la interdependencia.
Es reflejo de un pensamiento fijado en la fragmentación del conocimiento que reinó hasta la segunda mitad del siglo XX. Hoy necesitamos algo distinto. Los líderes deben ser capaces de evolucionar con sus retos, lograr una reflexión en medio de su impulso carismático e integrar en una percepción multidimensional un quehacer corporativo responsable frente a la humanidad y el entorno. Deben ser conscientes, responsables y autocríticos.
Están llamados a enfocarse en los detalles del proceso, la visión de escenarios o logros y sus necesidades personales, así como las de su equipo.
El liderazgo que necesitamos requiere enfocarse en personas, tareas y resultados e incluir los impactos indirectos y colaterales de nuestra actividad. El Liderazgo X es una metodología de avanzada que permite que cada líder defina y comprenda su proceso de desarrollo desde una perspectiva ética y multisistémica.
Con una batería de matrices y preguntas, revela las habilidades, actitudes y competencias que el líder, sus relaciones y su quehacer necesitan para el cumplimiento de su misión y, de cara al futuro, las que requiere para el logro de su visión personal, familiar, social y de su legado.
El líder X es coherente, aún en la volatilidad del cambio o la vulnerabilidad de las crisis. Está regido por la ética evolutiva del desarrollo y el bienestar compartidos. Puede motivar y motivarse, transformar y transformarse, caminar y guiar a sus colaboradores en momentos de incertidumbre, en este punto crucial de la historia en el que nuestro bienestar y supervivencia están amenazados y dependen de cada uno de nosotros.


* El Liderazgo X es un libro de Paidós, próximo a publicarse, donde se expone la concepción y metodología de aprendizaje de este estilo de liderazgo. Escrito por el Dr. Juan José Lopera, integrante del equipo de Consultores Asociados de Coaching Management Consultants SAS.