viernes, 14 de agosto de 2020

EL ÁGUILA QUE NO QUERÍA VOLAR

 

EL ÁGUILA QUE NO QUERÍA VOLAR

James Emman Kwegyir Aggrey (October 18, 1875 – July 30, 1927). Intelectual, misionero y profesor.

Cuando no queda otro remedio que saltar

 

Hace siglos que vivió un rey muy poderoso al que le gustaban mucho los pájaros. No solo le gustaban, ¡le fascinaban!

En su palacio tenía un jardín enorme donde vivían miles de ellos, algunos en jaulas de oro y otros, los más domesticados, libres. Unos eran especiales por sus colores y otros por lo bien que cantaban; unos eran tan grandes como un hombre y otros tan diminutos que cabían en el bolsillo del primer ministro; unos tenían plumas suavísimas y otros hablaban como tú.

Cuando el rey no estaba gobernando, se pasaba las horas en su pequeño paraíso alado. Todos aquellos pájaros le hacían muy feliz.

¿Todos? Casi todos…

Había uno que no sabía cantar ni hablar. Sus plumas eran ásperas y de un sucio color parduzco. Se pasaba las horas quieto en una rama, sin hacer nada. Era un águila.

—Mi señor, ¿por qué la tenéis si no sirve para nada? —le preguntó una tarde su criado más joven.

—El sultán de Oriente me la regaló cuando era un polluelo… ¡Me aseguró que nunca vería un pájaro que volara tan alto! Pero ha pasado más de un año y nunca se ha movido de esa rama, ni de noche ni de día. ¡No lo comprendo! Durante todo aquel tiempo, el servicio le había dado la mejor comida, protegían al águila de las tormentas en un cobertizo especial y también recibía los cuidados de un veterinario experto. Los criados le hablaban con cariño y los músicos de palacio tocaban solo para ella.

Pero nada servía para que el ave regalada por el sultán levantara el vuelo, así que el rey hizo venir a entrenadores de todos los rincones del mundo.

«El águila está feliz y sana. Pero le falta otra más veterana que la enseñe», le dijo el primero. El rey trajo a la más vieja de todo el reino. El joven aguilucho la miraba elevarse desde la rama, muy contento y quieto, hasta que la mayor se cansó de volar para él y desapareció.

El segundo entrenador dijo: «Yo le enseñaré a volar». Para ello se subió al árbol y se lanzó atado a unas cuerdas. Una vez, dos y tres. Una mañana, las cuerdas fallaron y se estrelló contra el suelo, rompiéndose los dos brazos y una pierna. El águila ni se movió.

Siguieron viniendo instructores de todos los rincones de la Tierra, porque el rey pagaba muy bien. Ninguno conseguía que el águila volara.

El rey perdió sus esperanzas y mucho dinero.

—Tendré que matarla —le dijo una mañana a su joven criado—. ¡Es un mal ejemplo para todas mis aves!

 

 

 

 

El criado, que le había cogido cariño al pájaro, le pidió una última oportunidad. El rey se la dio, convencido de que no lo conseguiría. Como era un buen criado que trabajaba mucho, quería que estuviera contento.

Al mediodía, el rey fue llamado al jardín.

¡Casi se le cayeron los ojos del asombro! No podía creer lo que veía… Su águila era ahora la reina del cielo. Volaba entre las nubes y sus alas casi tocaban el sol.

—¿Cómo lo has hecho? ¡Si todos los expertos fracasaron!

—Fue fácil, majestad… —contestó sonriendo—. Corté la rama.

Desde entonces, el águila vuela tan alto que, según cuentan los sabios, puede verse desde los reinos lejanos.

 

 

 

sábado, 1 de agosto de 2020

Mandamientos de Gurdjieff…

Mandamientos de Gurdjieff…

Mandamientos enseñados a Reyna D’ Assi por su padre: G.I Gurdjieff…

 

1.  Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.

2.  Termina siempre lo que comenzaste.

3.  Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.

4.  No te encadenes a nada que a la larga te destruya.

5.  Desarrolla tu generosidad sin testigos.

6.  Trata a cada persona como si fuera un pariente cercano.

7.  Ordena lo que has desordenado.

8.  Aprende a recibir, agradece cada don.

9.  Cesa de autodefinirte.

10.   No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo.

11.   Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.

12.   No desees ser imitado.

13.   Haz planes de trabajo y cúmplelos.

14.   No ocupes demasiado espacio.

15.   No hagas ruidos ni gestos innecesarios.

16.   Si no la tienes, imita la fe.

17.   No te dejes impresionar por personalidades fuertes.

18.   No te apropies de nada ni de nadie.

19.   Reparte equitativamente.

20.   No seduzcas.

21.   Come y duerme lo estrictamente necesario.

22.   No hables de tus problemas personales.

23.  No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.

24.   No establezcas amistades inútiles.

25.   No sigas modas.


26.   No te vendas.

27.   Respeta los contratos que has firmado.

28.   puntual.

29.   No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.

30.   Habla sólo lo necesario.

31.   No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.

32.   Nunca amenaces.

33.   Realiza tus promesas.

34.   En una discusión ponte en el lugar del otro.

35.   Admite que alguien te supere.

36.   No elimines, sino transforma.

37.   Vence tus miedos, cada uno de ellos es un deseo que se camufla.

38.   Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.

39.   Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar.

40.   No actúes por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.

41.   Transforma tu orgullo en dignidad.

42.   Transforma tu cólera en creatividad.

43.   Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.

44.   Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.

45.   Transforma tu odio en caridad.

46.   No te alabes ni te insultes.

47.   Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.

48.   No te quejes.

49.   Desarrolla tu imaginación.

50.   No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.

51.   Paga los servicios que te dan.

52.   No hagas propaganda de tus obras o ideas.

53.  No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatía, complicidad.

54.   No trates de distinguirte por tu apariencia.

55.   Nunca contradigas, sólo calla.

56.   No contraigas deudas, adquiere y paga en seguida.

57.   Si ofendes a alguien, pídele perdón.

58.   Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público.

59.  Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.

60.  No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció.

61.   No conserves objetos inútiles.

62.   No te adornes con ideas ajenas.

63.   No te fotografíes junto a personajes famosos.

64.   No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.

65.   Nunca te definas por lo que posees.


66.   Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.

67.   Acepta que nada es tuyo.

68.  Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades.

69.   Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.

70.   No mires con disimulo, mira fijamente.

71.  No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida.

72.   En el lugar en que habites consagra siempre un sitio a lo sagrado.

73.   Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos.

74.   Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.

75.   Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.

76.  No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.

77.  Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.

78.   Vive de un dinero ganado por ti mismo.

79.   No te jactes de aventuras amorosas.

80.   No te vanaglories de tus debilidades.

81.   Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.

82.   Obtén para repartir.

Si estás meditando y llega un diablo, pon ese diablo a meditar..