El buen jefe es un buen líder
‘’Si intentas
ser un jefe sin serlo,
generarás un engaño colectivo de consecuencias desastrosas. La profundidad
y calidad de tus
activos
y competencias, fija
el límite
del desarrollo que puedes generar en tu entorno. La profundidad
y riqueza de
tu pensamiento y
tus sentimientos, marca el límite de tu desarrollo
y del de aquellos
a quienes
lideras.
Probablemente en el futuro, debido
a los descubrimientos de
las ciencias neurológicas, habrá que redefinir el significado
de las palabras pensamiento e inteligencia, y llevarlas hacia
un territorio más amplio. Porque cabeza,
corazón y piernas
deben
ir en
una misma dirección
para avanzar. De lo contrario, andaremos
dando tumbos,
hacia delante o hacia atrás,
pero sin avanzar. E incluso, como sucede
muy frecuentemente, podemos llegar a partirnos
en pedazos
o a hacer lo propio con quienes nos rodean.
Un buen jefe es un ser
humano no solo pensante, sino y sobre todo
apasionado, intuitivo y amante:
No puedes conducir a
los demás si eres
incapaz de conducir tu propia vida.
No puedes dirigir la actividad de tu empresa si no puedes hacer lo propio con la tuya.
No puedes escuchar atentamente
a
los otros cuando no eres capaz de escucharte, ni puedes motivar a
los tuyos si tú
eres incapaz
de motivarte.
No puedes solicitar la confianza de los demás si no confías
en ti. No puedes reconocerlos y respetarlos
si no puedes respetarte y reconocerte.
No puedes ser consciente y apreciar el valor de los otros
si no puedes hacer lo propio con tu valor. No puedes perdonar sus errores si, en el fondo, no eres capaz de perdonarte.
tu valor. No puedes perdonar sus errores si,
en el
fondo, no eres capaz de perdonarte.
No puedes exigir flexibilidad
y capacidad de adaptación si no las tienes tú. No puedes exigir compromiso a no ser que tú seas el primer comprometido.
No puedes inspirar
a los demás
si
eres incapaz de inspirarte a ti mismo. No puedes pedirles que desarrollen
sus talentos y habilidades si eres
incapaz de hacer
lo mismo con los tuyos.
No puedes transmitir seguridad si te dominan tus miedos inconscientes. No puedes
poner en práctica la empatía si no eres capaz de vivir a fondo todo el espectro
de emociones que has reprimido a lo largo
de tu vida.
No puedes liderar honesta y sinceramente a otros si no eres
capaz de liderarte
a ti mismo.
No puedes, en definitiva, emitir luz para otros cuando no
la tienes para ti’’.
Alex Rovira
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