Relaciones. Por Sergi Torres
''Seguimos creyendo que hay alguien externo a nosotros con quien nos estamos relacionando, pero no es así. Es posible
que
aún no hayas
tenido
esa evidencia.
No
obstante, podrás reconocer que
cuando te encuentras con
alguien, de lo único
que eres consciente es de tus propios pensamientos acerca de él.
Lo único que experimentas son los sentimientos que sientes por esa persona, producidos por los pensamientos que tú tienes de ella. Todo eso ocurre en tu mente. Estás tomando todas esas decisiones en función de la calidad de los pensamientos y emociones que experimentes con quien te relacionas; entonces decidirás acercarte o distanciarte. Pero en realidad, esa decisión que tomaste no tiene nada que ver con la persona que ves, sino con lo que tú has decidido previamente que esa persona significa para ti….
En este mundo tratamos de relacionarnos con personas a las que percibimos separadas de nosotros. Este intento establece una relación basada en la separación, y desde este marco de referencia jamás tendremos un ‘encuentro total’ con la persona con la que nos relacionamos. Es como tratar de pegar dos piezas separadas. Por muy juntas y perfectas que
se unan, siempre
estarán
separadas. Siempre
van
a necesitar unirse, porque
nunca lo estarán
del
todo debido
a su naturaleza dividida. Nunca se convertirán en una pieza. Siempre serán dos piezas unidas.
Por esta razón en relaciones basadas en la separación no existe la confianza absoluta, ni la estabilidad constante, ni la paz. Todo lo que ocurre en ellas es un intento de encajar dos piezas y, una vez que parece ocurrir y nos hace felices, tratamos de mantener esa unión a toda costa.
Y es ahí donde el miedo a perder esa unión aparece; y miedo y felicidad no pueden coexistir''.
Por esta razón en relaciones basadas en la separación no existe la confianza absoluta, ni la estabilidad constante, ni la paz. Todo lo que ocurre en ellas es un intento de encajar dos piezas y, una vez que parece ocurrir y nos hace felices, tratamos de mantener esa unión a toda costa.
Y es ahí donde el miedo a perder esa unión aparece; y miedo y felicidad no pueden coexistir''.
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