Hay una Realidad Absoluta, sin principio ni fin, que no podríamos concebir y que, por este mismo hecho, es para nosotros Nada.
Por otra parte, aquello que podemos concebir, lo que para nosotros es relativamente real, en realidad no es sino apariencia; es una consecuencia engendrada por la Realidad Absoluta, ya que todo vuelve a ella, después de haber salido de ella. Sin embargo, las cosas, para nosotros reales, no son reales en sí.
Lo que llamamos Ser, en realidad no es, y lo que llamamos No-Ser, es.
Vivimos en profundas tinieblas. Lo que imaginamos como real no lo es, y sin embargo procede de lo real, pues lo Real lo es Todo.
Pues bien, todo Ser, así como todo No-Ser, es en realidad Tao.
Recuerda que Tao no es más que un conjunto de sonidos proferidos por el hombre; el verdadero Tao es indecible. Toda cosa percibida por los sentidos, todos los deseos del corazón son irreales.
Tao es tanto el principio del Cielo como de la Tierra.
Uno engendró Dos.
Dos engendró Tres.
Tres engendró la Multiplicidad.
La Multiplicidad vuelve al Uno.
Wu Wei
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