“El libro del Tao y la Virtud”
Lao Ts´e – IV a.C.
1
El Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le puede dar
no es su verdadero nombre.
El No-Ser es el principio del universo.
El Ser es a la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, sólo vemos su apariencia.
Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo
origen, aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en este misterio
se halla la puerta de toda maravilla.
2
Cuando todo el mundo reconoce lo bello como tal, nace la fealdad.
Cuando todo el mundo reconoce lo bueno como tal, nace la maldad .
Ciertamente, Ser y No-Ser se engendran uno a otro.
Lo difícil y lo fácil se complementan.
Lo largo y lo corto se forman el uno de otro.
Lo alto y lo bajo establecen la medida mutua.
La voz y el sonido se armonizan.
El atrás y el delante se suceden mutuamente.
Por eso, el Sabio actúa por la no-acción, y difunde sus enseñanzas sin palabras.
Todas las cosas nacen de él, pero no intenta dominarlas.
Todas las cosas dependen de él para su existencia, pero no se apropia de ellas.
Hace su trabajo sin acumular nada.
Realiza completamente su obra, pero no se atribuye mérito alguno,
y al no atribuirse mérito alguno, nada puede perder.
3
No exaltando a las personas de talento, harás que el pueblo abandone la rivalidad y la discordia.
No valorando bienes difíciles de conseguir, harás que el pueblo deje de robar y atracar.
No exhibiendo lo que todos codician, harás que el pueblo permanezca sereno.
Por eso, la manera de gobernar del Sabio consiste en
vaciar los corazones de deseos,
llenar los estómagos de alimento,
debilitar las ambiciones
y fortalecer los huesos.
De este modo, hará que la gente no desee saber, y logrará que los que saben no actúen.
Actuando de acuerdo con la no-acción todo será armonioso.
4
El Tao actúa por su vacío, y nunca puede llenarse.
Insondable, parece ser el origen de todas las cosas.
Lima las asperezas, aclara la confusión, armoniza todas las luces, une al mundo en un todo.
Oculto en las profundidades, parece existir eternamente.
Ignoro de quién es hijo; parece existir antes que los dioses.
5
El Cielo y la Tierra son imparciales;
tratan a los seres como a perros de paja .
El Sabio es imparcial;
trata al pueblo como a perros de paja.
Entre el cielo y la tierra parece haber un fuelle,
está vacío, por eso es inagotable;
cuanto más trabaja, más genera.
Ser como el fuelle es el trabajo del sabio.
Menos palabras, más vacío.
6
El espíritu del valle nunca muere.
Se llama el Misterio Femenino.
La puerta del Misterio Femenino es llamada “Raíz de Cielo y Tierra”.
Permaneciendo como hilos de araña, sólo tiene un indicio de existencia;
mas cuando bebe de ésta, resulta inagotable.
7
El Cielo es eterno, y la Tierra permanente.
¿Cuál es el secreto de su eterna duración?
¿Acaso no viven eternamente porque no viven para sí mismos?
Por eso, el Sabio prefiere permanecer detrás,
y así se encuentra al frente de los otros.
Se desprende de sí mismo, y así preserva su existencia.
¿No es acaso por carecer de intencion de provecho que alcanza la realización?
8
La forma suprema de bondad es como el agua.
El agua sabe cómo beneficiar a todas las cosas sin combatir con ninguna.
Va a los lugares que todos desprecian, va a los lugares más bajos.
Por ello, está cerca del Tao.
Al escoger tu morada, has de saber cómo no apartarte de la tierra permaneciendo en lo bajo.
Al cultivar tu mente, has de saber cómo acceder a las profundidades.
Al tratar con los demás, has de saber se amable y bondadoso.
Al hablar, has de saber medir tus palabras.
Al gobernar, has de saber cómo mantener el orden.
Al administrar, has de saber ser eficaz.
Cuando actúes, has de saber escoger el momento oportuno.
Y así, no combatiendo a nada, estarás libre de defectos.
9
Para mantenerse en la plenitud, ¡cuánto mejor detenerse a tiempo!
Si continúas afilando y usando la espada, no durará largo tiempo.
Si llenas tu casa de oro y jade, no podrás protegerla continuamente.
La riqueza y posición ostentosas, sólo cosechan calamidades.
¡Retírate una vez realizada tu obra!
Esta es la Ley del Cielo.
10
¿Puedes llevar el espíritu y la materia
y abrazarlos en una unidad inseparable?
¿Puedes concentrar tu energía vital para alcanzar la flexiblidad de un niño recién nacido?
¿Puedes limpiar tu mente y purificar tu visión interior de toda impureza?
¿Puedes amar al pueblo y gobernar el Estado actuando por la no-acción?
¿Puedes abrir y cerrar las puertas del cielo empleando tu aspecto femenino?
Iluminado y en posesión de amplia y penetrante visión, ¿puedes permanecer a la vez en un no-hacer desapegado?
¡Engendra a tu gente!
¡Alimenta a tu gente!
¡Engendra a tu gente sin reclamarla como tuya!
¡Haz tu trabajo sin acumular nada por ello!
¡Sé un líder, no un tirano!
A esto se llama la Virtud misteriosa.
11
Treinta radios convergen en el centro de la rueda,
y es su vacío el que la hace útil.
La arcilla moldeada da forma a la vasija,
y es su vacío el que la hace útil.
Se construyen puertas y ventanas al hacer una casa,
y es su vacío el que la hace útil.
Así, el Ser nos da el servicio,
y el No-Ser nos da la utilidad.
12
Los cinco colores ciegan el ojo.
Las cinco notas ensordecen el oído.
Los cinco sabores empalagan el paladar.
La carrera y la caza enloquecen la mente.
Los objetos preciosos tientan al hombre a hacer el mal.
Por eso, el Sabio cuida del vientre, y no del ojo.
Prefiere lo que está dentro a lo que está afuera.
13
Honor y deshonor, ambos causan ansiedad,
porque lo que valoramos y tememos está en nuestro yo.
¿Qué significa que honor y deshonor, ambos causan ansiedad?
El honor eleva y la desgracia abate,
conseguir un favor causa inquietud, perderlo también.
¿Qué significa que lo que valoramos y tememos está en nuestro yo?
La razón por la que tememos es porque tenemos un yo.
Si no tuviéramos yo, ¿qué mal podríamos temer?
Así, a quien valora su yo como al mundo,
se le puede confier el mundo.
Y a quien ama su yo como al mundo,
se le puede encargar el mundo.
14
¡Míralo, pero no puedes verlo!
Su nombre es Sin-Forma.
¡Escúchalo, pero no puedes oírlo!
Su nombre es Inaudible.
¡Agárralo, pero no puedes atraparlo!
Su nombre es Incorpóreo.
Estos tres atributos son insondables; por ello, se funden en uno.
Su parte superior no es luminosa: su parte inferior no es oscura.
Indescriptible, no puede nombrarse, retorna continuamente al No-Ser.
La llamamos la Forma sin forma, la Imagen sin imágen.
Lo llamamos lo indefinible y lo inimaginable.
¡Dale la cara y no verás su rostro!
¡Síguelo y no verás su espalda!
Pero, provisto del Tao inmemorial, puedes manejar las realidades del presente.
Conocer los orígenes es iniciarse en el Tao.
15
Los antiguos adeptos del Tao eran sutiles y flexibles, profundos y globales.
Sus mentes eran demasiado profundas para ser penetradas.
Siendo impenetrables, sólo podemos describirlos vagamente por su apariencia.
Prudentes, como quien cruza un río en invierno;
cautos, como los que temen a los vecinos que les rodean;
graves y corteses, como quien es huésped;
escurridizos, como el hielo que se derrite;
simples, como un tronco no esculpido;
profundos, como una cueva; sin discriminaciones, como el agua turbia.
Y sin embargo, ¿qué otras personas podrían pasar tranquilas y gradualmente de lo turbio a la claridad?
¿Quién, si no, podría pasar, con lentitud pero con constancia, de lo inerte a lo vivo?
Quien observa el Tao no desea estar lleno.
Mas, precisamente porque nunca está lleno, puede mantenerse siempre como un germen oculto,
sin precipitarse por una prematura madurez.
16
Alcanza el supremo Vacío.
Abraza la paz interior con corazón decidido.
Cuando todas las cosas se agitan a la vez, sólo contemplo el Retorno.
Para desarrollarse como lo hacen, cada uno de los seres retornará a su orígen.
Retornar a su orígen es encontrar paz.
Encontrar paz es realizar el propio destino.
Realizar el propio destino es ser eterno.
Conocer lo Eterno se lo llama iluminación.
Si no se conoce lo Eterno, se sume uno ciegamente en la desgracia.
Si se conoce lo Eterno, todo se puede comprender y abarcar.
Si se puede comprender y abarcar todo, se es capaz de hacer justicia.
Ser justo es ser como un rey; ser como un rey es ser como el cielo.
Ser como el cielo es ser uno con el Tao; ser uno con el Tao es permanecer para siempre.
Alguien así estará a salvo y entero, incluso tras la desintegración de su cuerpo.
17
El mejor gobernante es el que pasa inadvertido al pueblo.
Después viene el que es amado y elogiado.
Le sigue el que es temido.
Por último, el que es despreciado.
Si la confianza no es total, nacerá la mutua desconfianza.
Así, el sabio pasa desapercibido y ahorra las palabras.
Cuando su tarea haya sido cumplida seguirá el éxito,
y todo el pueblo dirá: “¡Es lo natural!¡lo hemos hecho nosotros mismos!”
18
Cuando se abandona el Gran Tao, aparecen la benevolencia y la justicia.
Cuando surgen la inteligencia y la astucia, aparecen las grandes hipocresías.
Cuando los seis parentescos pierden su armonía, aparecen la piedad filial y el amor paterno.
Cuando la oscuridad y el desorden empiezan a reinar en un país, aparecen los funcionarios leales.
19
Renuncia a la sabiduría, abandona el ingenio, y la gente saldrá ganando con creces.
Renuncia a la benevolencia, abandona la justicia , y la gente volverá a sus sentimientos naturales.
Renuncia a la astucia, abandona la agudeza, y los ladrones y malhechores dejarán de existir.
Estas son las tres virtudes del Tao, y no son suficientes en sí mismas.
Por ello, han de subordinarse a un Principio superior:
¡Ve lo simple y abraza lo auténtico!
¡Disminuye el yo y modera los deseos!
20
Cuando se abandona lo aprendido, desaparecen las contrariedades.
¿Qué diferencia hay entre “¡eh!” y “¡oh!”?
¿Qué distinción puede hacerse entre “bueno” y “malo”?
¿He de temer lo que los demás temen?
¡Vaya tremendo sinsentido!
Todo el mundo está alegre y sonriente, como si festejaran el sacrificio de un buey,
como si subieran a un altozano en primavera;
tan sólo yo permanezco tranquilo e impasible,
como un recién nacido que todavía no ha sonreído.
Sólo yo estoy desamparado, como quien no tiene hogar al que volver.
Todo el mundo vive en la abundancia,
sólo yo parezco no poseer nada.
¡Qué mente más confusa tengo!
Todos son brillantes,
sólo yo estoy oscuro,
Todos son agudos,
sólo yo estoy callado.
Todo el mundo tiene un propósito, sólo yo soy tonto y tosco.
Yo sólo soy distinto a los demás,
porque aprecio a la madre que me nutre.
21
En la naturaleza de la Gran Virtud se encuentra seguir al Tao y sólo al Tao.
Pero, ¿qué es el Tao?
Es algo esquivo e impreciso.
¡Esquivo e impreciso!, pero contiene en Su interior una Forma.
¡Esquivo e impreciso!, pero contiene en Su interior una Sustancia.
¡Sombrío y oscuro!, pero contiene en Su interior una Semilla de Vitalidad.
La Semilla de Vitalidad es muy real; contiene en Su interior una Sinceridad inagotable.
A través de los tiempos, Su Nombre ha sido preservado para recordar el Origen de todas las cosas.
¿Cómo conozco la naturaleza de todas las cosas en su Origen?
Por lo que está en mi interior.
22
Inclínate, y estarás completo;
cúrvate, y serás enderezado.
Mantente vacío, y serás llenado.
Envejece, y serás renovado.
Si tienes poco, ganarás.
Si tienes mucho, estarás confuso.
Por ello, el Sabio abraza la Unidad, y se convierte en Modelo para el mundo.
No se vanagloria, y por eso brilla;
no se justifica, y por eso es conocido;
no proclama sus capacidades, y por ello merece confianza;
no exhibe sus logros, y por eso permanece.
No rivaliza con nadie, y por ello nadie compite con él.
Ciertamente, no son palabras vanas el antiguo dicho: “Inclínate, y estarás completo.”
Si has alcanzado realmente la plenitud, todas las cosas acudirán en tropel hacia ti.
23
Sólo las palabras simples y tranquilas maduran por sí mismas.
Un torbellino no dura toda una mañana,
un aguacero dura todo un día.
¿Quién obra así? ¡Cielo y Tierra!
Ni siquiera Cielo y Tierra puede hacer que fenómenos tan violentos duren mucho tiempo;
¿con cuánta más razón ocurre igual con los precipitados esfuerzos de los hombres?
Por ello, quien cultiva el Tao es uno con el Tao;
quien practica la Virtud es uno con la Virtud;
quien corteja la Pérdida es uno con la Pérdida.
Quien es uno con el Tao es acogido por el Tao.
Quien es uno con la Virtud es acogido por la Virtud.
Quien es uno con la Pérdida es acogido por la Pérdida.
Si tu confianza no es total, nadie confiará.
24
Quien se mantiene de puntillas no puede sostenerse.
Quien va dando zancadas no puede caminar.
Quien se exhibe a sí mismo no brilla.
Quien se justifica a sí mismo no obtiene honores.
Quien ensalza sus propias capacidades no tiene mérito.
Quien alaba sus propios logros no permanece.
Todas estas cosas son para el Tao
como comida sobrante y cosas superfluas que todos desprecian.
Por eso, el hombre del Tao no pone en ellas su corazón.
25
Había Algo indefinido pero completo en sí mismo,
nacido antes que Cielo y Tierra.
Silencioso e ilimitado, único e inmutable,
aunque impregnándolo todo sin excepción,
puede considerarse como la Madre del universo.
No conozco su nombre; lo denomino “Tao”;
y, a falta de mejor palabra, lo llamo “Lo Grande”.
Ser grande es proseguir, proseguir es ir lejos, ir lejos es retornar.
Por ello, “el Tao es grande, el Cielo es grande, la Tierra es grande,
y el hombre también es grande”.
En el universo estos son los cuatro grandes,
y el hombre es solamente uno de ellos.
El hombre sigue la ley de la Tierra,
la Tierra sigue la ley del Cielo,
el Cielo sigue la ley del Tao,
y el Tao sigue su propia ley.
26
Lo pesado es la raíz de lo ligero.
La serenidad es la dueña de la inquietud.
Asi, aunque el sabio esté moviéndose todo el día,
nunca abandona la calma y el equilibrio.
¿Cómo se puede ser jefe de un estado de diez mil cuadrigas
y comportarse ligeramente ante el mundo?
Comportarse con ligereza es perder la raíz; agitarse es perder el dominio de sí.
27
El buen andar no deja huella;
el buen hablar no deja marca que pueda criticarse;
el buen cálculo no necesita el ábaco;
el buen cerrar no precisa cerrojo ni tranca, pero nadie puede abrir lo cerrado;
el buen atar no utiliza cuerdas ni nudos, pero nadie puede desatar lo atado.
Por eso, el Sabio siempre sabe cómo ayudar a la gente,
y por tanto, nadie es rechazado;
siempre sabe cómo ayudar a las cosas,
y por tanto, nada es desechado.
A esto se llama “seguir la guía de la Luz Interna”.
Así, el hombre bueno es maestro para el malo,
y el malo es un valor para el bueno.
No alegrarse de la propia tarea,
por inteligente que se sea,
es equivocar el camino,
Este es un principio esencial del Tao.
28
Conoce lo masculino, manténte en lo femenino y sé el Arroyo del Mundo.
Ser el Arroyo del Mundo es caminar constantemente por el sendero de la Virtud
sin desvío, y retornar a la infancia.
Conoce lo blanco, manténte en lo negro, y sé el Modelo del Mundo.
Ser el Modelo del Mundo es caminar constantemente por el sendero de la Virtud
sin errar un solo paso, y retornar a lo Infinito.
Conoce la gloria, manténte en la humildad, y sé la Fuente del Mundo.
Ser la Fuente del Mundo es vivir la vida fértil de la Virtud,
y retornar al Orígen Primordial.
Cuando el Orígen Primordial se diferencia,
nacen las cosas.
El sabio, que así lo entiende, se convierte en jefe y señor.
Por eso, el buen gobernante no discrimina.
29
¿Pretende alguien conquistar el mundo y hacer lo que quiera con él?
No veo cómo podría tener éxito.
El mundo es un recipiente sagrado que no puede ser manipulado ni dominado.
Manipularlo conduce al fracaso, y dominarlo conduce a la pérdida.
De hecho, existe un tiempo para que todas las cosas vayan delante,
y existe un tiempo para que vayan detrás;
un tiempo para respirar despacio y otro para hacerlo deprisa;
un tiempo para crecer en fortaleza y otro para declinar;
un tiempo para subir y otro para bajar.
Por ello, el Sabio evita los extremos, los excesos y las extravagancias.
30
Quien sabe guiar al gobernante en el sendero del Tao
no intenta dominar el mundo mediante las armas.
Está en la naturaleza de las armas volverse contra quien las maneja.
Donde acampan ejércitos, crecen zarzas y espinos.
A una gran guerra, invariablemente suceden años de desgracia.
Lo que quieres es proteger eficazmente tu propio estado,
pero no pretender tu propia expansión.
Cuando has alcanzado tu propósito, no debes exhibir tu triunfo,
ni jactarte de tu capacidad, ni sentirte orgullos;
más bien debes lamentar no haber sido capaz de impedir la guerra.
No debes pensar nunca en conquistar a los demás por la fuerza.
Pues expandirse excesivamente es precipitar el decaimiento,
y esto es contrario al Tao,
y lo que es contrario al Tao pronto dejará de existir.
31
Sofisticadas armas de guerra presagian calamidad.
Incluso cosas y seres las odian.
Por ello, la persona que observa el Tao no pone su corazón en ellas.
En la vida diaria, un noble considera la izquierda como el lugar de honor:
En la guerra, es la derecha el lugar de honor.
Siendo las armas instrumentos de infortunio, no son los instrumentos adecuados del noble;
Sólo por necesidad recurrirá a ellas, pues la paz y la calma es lo que más aprecia su corazón,
y para él cada victoria no es motivo de regocijo.
Alegrarse de la victoria es ¡alegrarse de la matanza de seres humanos!
Por esto, un hombre que se alegra de la matanza de seres humanos
no puede pretender prosperar en el mundo de los seres humanos.
En ocasiones festivas, se prefiere la izquierda,
en ocasiones desdichadas, se prefiere la derecha.
Esto significa que la guerra se compara a un servicio funerario.
Cuando ha sido matada mucha gente,
sólo es justo que los sobrevivientes lloren por los muertos.
Por esto, incluso una victoria es un funeral.
32
El Tao es el absoluto sin nombre.
Aunque pequeño en su Simplicidad Primordial,
no es inferior a nada en el mundo.
Con que sólo un gobernante pudiera atenerse a él,
todas las cosas le rendirían homenaje.
Cielo y Tierra se armonizarían y harían llover un suave rocío.
La paz y el orden reinaría entre los pueblos,
sin necesidad de órdenes superiores.
Una vez dividida la Simplicidad Primordial,
aparecieron los diferentes nombres.
Y una vez que existen los nombres,
es prudente saber dónde detenerse.
Saber detenerse es preservarnos del peligro.
El Tao es al mundo lo que un gran océano es a los ríos y arroyos.
33
Conocer a los demás es sabiduría,
conocerse a sí mismo es la iluminación.
Vencer a los demás es tener fuerza,
vencerse a sí mismo es la fuerza.
Saber contentarse es superabundancia.
Actuar con constancia es tener determinación.
No perder el orígen es perdurar.
Morir y no desaparecer es la auténtica longevidad.
34
El Gran Tao escomo agua desbordada.
que fluye en todas direcciones.
Todas las criaturas dependen de él, y a ninguna rechaza.
Lleva a cabo su labor, pero no reclama mérito alguno.
Todo lo viste y alimenta, pero no se apropia de nada.
Así, puede ser llamado “lo Grande”.
Precisamente porque no desea ser grande, su grandeza se realiza plenamente.
35
Quien está en posesión del Gran Símbolo atrae todas las cosas hacia sí.
Acuden en tropel a él sin recibir ningún daño,
porque en él encuentran paz, seguridad y felicidad.
La música y los manjares sólo pueden detener al caminante.
Pero las palabras del Tao poseen efectos duraderos,
aunque sean suaves y sin sabor,
aunque no atraigan la vista ni el oído.
Pero en generosidad, es inagotable.
36
Para que algo pueda contraerse, primero ha tenido que extenderse.
Para que algo pueda debilitarse, primero ha tenido que fortalecerse.
Para que algo pueda eliminarse, primero ha tenido que construirse.
Para que algo pueda quitarse, primero ha tenido que darse.
Aquí radica la sutil sabiduría de la vida.
Lo blando y lo débil triunfan sobre lo duro y lo fuerte.
Así como el pez no debe abandonar las profundidades,
el gobernante no debe mostrar sus armas.
37
El Tao es por naturaleza No-Acción, pero no deja nada por hacer.
Si un gobernante pudiera atenerse a él,
todas las cosas se desarrollarían por sí mismas.
Si aún desarrollándose tendieran a agitarse,
por surgir los deseos,
sería tiempo de mantenerlas en su lugar
con la ayuda de la Simplicidad Primordial sin nombre,
que está libre de deseos.
Cuando los deseos humanos son moderados, se produce la paz,
y el mundo se armoniza por su propio acuerdo.
38
La Virtud (Te) no es virtuosa; por eso tiene Virtud.
La Virtud no deja de ser virtuosa; por eso no tiene Virtud.
La Virtud no actúa y no tiene intención.
La virtud actúa y tiene intención
La Compasión actúa, pero no tiene intención.
La Justicia actúa, pero no tiene intención.
La Moral actúa, pero no obtiene respuesta;
y al no obtener respuesta intenta imponerse por la fuerza.
Cuando se pierde el Tao, se recurre a la virtud.
Cuando se pierde la Virtud, se recurre a la compasión.
Cuando se pierde la compasión, se recurre a la justicia.
Cuando se pierde la justicia, se recurre a la moral.
Ahora bien, la moral es sólo la apariencia de la fe y de la lealtad;
es el grado ínfimo de fidelidad y el orígen de todo desorden.
La previsión es sólo un adorno del Tao, y el principio de la necedad.
Por eso, el hombre grande pone su corazón en la sustancia más que en la apariencia;
se atiene a lo profundo y no permanece en lo superficial.
Sinceramente, prefiere lo que está dentro a lo que está fuera.
39
De las cosas antiguas estas son las que alcanzaron la Unidad.
El cielo alcanzó la Unidad y se hizo diáfano;
la tierra alcanzó la Unidad y se volvió tranquila;
los dioses alcanzaron la Unidad y se hicieron espirituales;
los manantiales alcanzaron la Unidad y quedaron colmados;
las diez mil criaturas alcanzaron la Unidad y pudieron reproducirse;
los señores y príncipes alcanzaron la Unidad y se convirtieron en gobernantes soberanos del mundo.
Todos ellos son lo que son en virtud de la Unidad.
Si el cielo no fuera diáfano, se habría partido;
si la tierra no estuviera tranquila, se derrumbaría en fragmentos;
si los manantiales no estuvieran colmados, se secarían;
si los dioses no fueran espirituales, desaparecerían;
si las diez mil criaturas no pudieran reproducirse, se extinguirían;
si los señores y príncipes no fueran los gobernantes soberanos,
vacilarían y caerían.
Es verdad, la humildad es la raíz de la que brota la grandeza,
y lo elevado ha de construirse sobre los cimientos de lo humilde.
Por esto es que los señores y príncipes se denominan a sí mismos
“Huérfano”, “Ignorante” y “Indigno”.
Tal vez, ellos también se dan cuenta de que dependen de lo humilde.
En verdad, demasiado honor equivale a ningún honor.
No es de sabios brillar como jade ni resonar como los sonajeros de piedras.
40
Volverse es el movimiento del Tao.
Ceder es la acción del Tao.
Todos los seres del universo nacen del Ser,
y el Ser nace del No-Ser.
41
El gran hombre oye hablar del Tao,
y lo practica con diligencia.
El hombre ordinario oye hablar del Tao,
y oscila entre la fe y la incredulidad.
El hombre ruin oye hablar del Tao,
y se ríe de él a carcajadas.
Pero si no se riera, ¡el Tao no sería el Tao!
Los sabios de la antigüedad han dicho:
El Tao claro parece oscuro.
El Tao progresivo parece regresivo.
El Tao suave parece abrupto.
La Virtud superior parece un abismo.
La gran Blancura parece maculada.
La exuberante Virtud parece incompleta.
La Virtud establecida parece indolente.
La Virtud sólida parece fundida.
El gran Cuadrado no tiene esquinas.
El gran Vaso sólo al final alcanza la plenitud.
El gran Sonido es silencioso.
La gran Forma no tiene imágen.
El Tao parece oculto y no tiene nombre;
pero sólo él sabe cómo proveer a todos los seres
y así alcanzar la plenitud.
42
El Tao engendra al Uno,
el Uno al Dos, el Dos al Tres,
y el Tres engendra a todos los seres.
Todos los seres llevan en sí el Yin y el Yang,
y su energía vital (Chi) deriva de la armonía de estos dos Alientos.
¿Qué puede ser más detestado por los hombres
que ser “desvalidos”, “ignorantes” e “indignos”?
Y sin embargo, éstos son los mismos nombres
que los príncipes y señores se dan a sí mismos.
En verdad, se puede ganar a través de la pérdida,
y se puede perder a través de la ganancia.
Dejadme repetir lo que alguien me ha enseñado:
“Una persona violenta acabará con un fin violento”.
Cualquiera que afirme esto puede ser mi padre y maestro.
43
Lo más blando del universo penetra lo más duro.
Sólo el No-Ser penetra en donde no hay espacio.
Por esto conozco las ventajas de la No-Acción.
La enseñanza sin palabras,
y el valor de la No-Acción.
Pocas cosas bajo el cielo son tan instructivas.
44
¿Qué es más querido, tu nombre o tu cuerpo?
¿Qué es más apreciado, tu cuerpo o tu salud?
¿Qué es más doloroso, la ganancia o la pérdida?
Así pues, cuanto más se ama algo,
más grande será la pérdida.
Acumular demasiados bienes
hará que fuerte sea la quiebra.
Saber contentarse es no tener desgracia.
Saber cuándo detenerse es no correr peligros.
Sólo de esta manera podrás vivir mucho tiempo.
45
La mayor de las perfecciones parece imperfecta,
pero su ejercicio es inagotable.
La mayor plenitud parece vacía,
pero su función es imperecedera.
La mayor rectitud parece torcida.
La mayor habilidad parece torpeza.
La mayor elocuencia parece balbuceo.
La calma vence a la agitación,
el frío vence al calor.
Lo pacífico y sereno es la Norma del Mundo.
46
Cuando en el mundo reina el Tao,
los caballos son llevados para fertilizar los campos con sus excrementos.
Cuando en el mundo no reina el Tao,
los caballos de guerra se crían en los arrabales.
No hay mayor calamidad que ser insaciable.
No hay mayor defecto que la codicia.
Por eso, la satisfacción de saber contentarse,
es una satisfacción constante.
47
Sin salir más allá de tu puerta,
puedes conocer los asuntos del mundo.
Sin mirar por la ventana,
puedes ver el Camino del Cielo.
Cuanto más lejos vas, menos conoces.
Así pues, el Sabio comprende sin viajar,
conoce sin mirar, y logra sin Actuar.
48
Aprender consiste en acumular conocimiento día a día;
la práctica del Tao consiste en reducir conocimiento día a día.
Sigue reduciendo y reduciendo hasta alcanzar la No-Acción,
que por la No-Acción nada queda sin hacer.
Para ganar el mundo, se debe renunciar a todo.
Si se tiene todavía intereses personales,
nunca se será capaz de ganar el mundo.
49
El Sabio no tiene intereses propios,
pero hace suyos los intereses de la gente.
Es bondadoso con los que son bondadosos,
y es bondadoso con quienes no lo son,
pues la Virtud es bondadosa.
Confía en los que merecen confianza,
y confía en los que no merecen confianza,
pues la Virtud es confiada.
En medio del mundo, el Sabio es tímido y modesto;
no discrimina.
En beneficio del mundo,
mantiene su corazón en su estado impreciso.
Todo el mundo esfuerza sus ojos y oídos,
el Sabio sólo sonríe como un niño divertido.
50
Vivir es llegar y morir es volver.
Tres hombres de cada diez caminan hacia la vida.
Tres hombres de cada diez caminan hacia la muerte.
Tres hombres de cada diez mueren en el ansia de vivir.
¿Cómo puede sobrevivir el décimo hombre?
He oído decir que quien sabe cuidarse
viaja sin temor al rinoceronte
ni al tigre,
y va desarmado al combate.
El rinoceronte no encuentra donde hincarle el cuerno,
ni el tigre donde clavarle su garra,
ni el arma donde hundir su filo.
¿Por qué?
Porque en él nada puede morir.
51
El Tao engendra.
La virtud nutre.
La materia conforma.
El ambiente perfecciona.
Por esto, de todos los seres
no hay ninguno
que no venere al Tao
y estime la virtud.
Esta veneración al Tao
y la estima de la virtud
no es impuesta sino
una eterna inclinación espontánea.
Porque el Tao los engendra,
la virtud los nutre,
los hace crecer, los perfecciona,
los conserva, los madura
y los protege.
Engendrar y criar,
engendrar sin apropiarse,
obrar sin pedir nada,
guiar sin dominar,
esta es la gran virtud.
52
Todo cuanto existe tuvo un origen,
la madre del mundo.
Quien conoce a la madre
conoce a los hijos.
Quien conoce a los hijos
retorna a la madre,
así su vida no correrá peligro.
¡Bloquea todos los pasajes!
¡Cierra todas las puertas!
Y al final de tus días no estarás rendido.
¡Abre los pasajes!
¡Multiplica tus actividades!
Y al final de tus días permanecerás indefenso.
Ver lo pequeño es la iluminación.
Adherir a la suavidad es fortaleza.
Utiliza las luces, pero vuelve a tu visión interna.
No atraigas la desgracia sobre ti.
Esta es la manera de cultivar lo Inmutable.
53
Si tan sólo poseyera el más pequeño grano de sabiduría,
andaría por el Gran Camino,
y mi único miedo sería desviarme de él.
El Gran Camino es extremadamente llano y recto,
pero la gente ama los senderos.
Así, la corte tiene de todo en abundancia
pero los campos están llenos de malas hierbas
y los graneros vacíos.
Los gobernantes visten ropas lujosas,
llevan afiladas espadas,
estan hartos de bebidas y de manjares,
y retienen grandes riquezas.
A esto se le llama una enorme piratería.
Ciertamente no es el camino del Tao.
54
Lo que está bien plantado no puede desenraizarse.
Lo que está bien ceñido no puede soltarse.
Las ofrendas a los antepasados
perduran con las nuevas generaciones.
Cultivar el Tao en uno mismo
es llegar a la virtud verdadera.
Cultivarlo en la familia
es llegar a la virtud abundante.
Cultivarlo en el pueblo
es llegar a la virtud grande.
Cultivarlo en el Estado
es llegar a la virtud poderosa.
Cultivarlo en el mundo
es llegar a la virtud universal.
Así, por la persona se conoce a la persona;
por la familia se conoce a la familia;
por la comunidad se conoce a la comunidad;
por el estado se conoce al estado;
y por el mundo se conoce el mundo.
¿Cómo puedo conocer el mundo?
Por lo que se halla en mi interior.
55
Quien alcanza la mayor virtud
es como un recién nacido.
Los reptiles venenosos no le pican.
Las fieras salvajes no le atacan.
Las aves rapaces no le arrebatan.
Tiene blandos los huesos
y débiles los tendones,
pero agarra firmemente.
Ignora la unión de los sexos,
pero posee absoluta potencialidad.
Grita y llora todo el día sin enronquecer,
porque encarna la perfecta armonía.
Conocer la armonía es conocer lo Inmutable.
Conocer lo Inmutable es iluminación.
Precipitar el crecimiento de la vida es nefasto.
Usar la mente para controlar la energía vital es agresividad.
Crecer de más es envejecer.
Llegar a un extremo es contrario al Tao,
y lo que es contrario al Tao pronto desaparece.
56
Quien lo conoce no habla
quien habla no lo conoce.
Tapa los orificios,
cierra las puertas,
suaviza las asperezas,
disuelve la confusión
atenúa los resplandores,
se identifica con el polvo.
Esto es la Unidad misteriosa.
No se la puede atraer;
no se la puede rechazar;
no se la puede beneficiar;
no se la puede perjudicar;
no se la puede honrar;
Por esto, es lo más valioso del mundo.
57
Con rectitud se gobierna el Estado.
Con sagacidad se lucha en la guerra.
Con la no-acción se conquista el mundo.
Cómo lo sé?
Por esto:
Cuantas más limitaciones y prohibiciones haya,
más pobre será el pueblo.
Cuantas más armas,
mas desorden habrá en el reino.
Cuanta más astucia,
mas hechos extraños ocurren.
Cuantas más leyes y decretos,
más ladrones aparecen.
Por esto el sabio dice:
Yo actúo por la No-Acción
y el pueblo por sí mismo progresa.
Yo adhiero a la tranquilidad
y el pueblo por sí mismo mejora.
Yo no negocio
y el pueblo por sí mismo se enriquece.
Yo nada deseo
y el pueblo por sí mismo vuelve a la sencillez.
58
Cuando el gobierno es inactivo,
el pueblo es diligente.
Cuando el gobierno es activo,
el pueblo es indolente.
La desgracia reposa en la dicha,
y la dicha reposa en la desgracia.
¿Quién conoce el punto medio?
No hay una norma.
La rectitud degenera en extravagancia
y la bondad en monstruosidad.
Mucho tiempo hace que el hombre se engaña por esto.
Así, el sabio es recto pero no tajante,
anguloso pero no hiriente,
firme pero no insolente,
claro pero no deslumbra.
59
Para gobernar al pueblo y servir al Cielo, no hay nada como la sobriedad.
Ser sobrio es retornar antes de andar errante.
Retornar antes de andar errante es poseer la Virtud en gran medida.
Poseer la Virtud en gran medida es superar todas las cosas.
Superar todas las cosas es alcanzar una altura invisible.
Sólo quien ha alcanzado una altura invisible puede tener un reino.
Sólo quien ha conseguido a la Madre del reino puede perdurar mucho tiempo.
Esta es la manera de echar raíces profundas
y cimentar sobre una sólida base.
Es el Tao de la longevidad y de la visión duradera.
60
Gobernar un gran reino
es como freir pescados pequeños.
Cuando se gobierna el mundo conforme al Tao,
los demonios carecen de poderes espirituales.
No sólo los demonios carecen de poderes espirituales,
sino que los espíritus mismos no pueden dañar a los hombres.
No sólo los espíritus no pueden dañar a los hombres,
sino que el Sabio mismo no daña a los hombres.
El Sabio y los hombres no se dañan mutuamente
y así retornan a la Virtud del Tao.
61
Un gran reino es como un valle en el que todos los ríos confluyen. Es el Depósito de todo lo que existe bajo el cielo, lo Femenino del mundo.
Lo Femenino siempre conquista a lo Masculino mediante la quietud, rebajándose a sí mismo a través de ésta.
Por ello, si un gran país puede rebajarse a sí mismo ante un país pequeño, lo ganará; si un pequeño país se rebaja ante un país grande, lo ganará. El primero gana inclinándose; el segundo permaneciendo humilde.
Lo que quiere un gran país es simplemente abarcar más gente; y lo que quiere un pequeño país es llegar a servir a su protector. De esta manera, cada uno de ellos consigue lo que quiere, aunque corresponde al gran país mantenerse humilde.
62
El Tao es lo más profundo de todos los seres.
Es el tesoro del hombre bueno,
y el amparo del que no es bueno.
Las bellas palabras ganan honores,
los bellos actos elevan al hombre.
Que un hombre haya errado el buen camino no es razón para ser apartado.
Así, en la coranación de un Emperador, o en el nombramiento de tres ministros, deja a los demás ofrecer sus discos de jade, precediendo a sus cuadrillas de caballos.
Es mejor para ti ofrecer el Tao ¡sin mover los pies!
¿Por qué los antiguos apreciaban el Tao?
¿No es porque, en virtud del mismo, sin buscarlo se encuentra, y si uno tiene faltas se ve libre de ellas?
Por eso, es un tesoro inigualable para el mundo.
63
Actuar por la no-acción,
realizar por la no-realizar,
conocer por el no-conocimiento,
lo grande comienza en lo pequeño,
lo mucho nace de lo poco.
En todo rige la virtud.
Acomete la dificultad desde sus aspectos fáciles.
Ejecuta lo grande comenzando por lo más pequeño.
Las cosas más difíciles se hacen siempre abordándolas
en lo que es más fácil,
y las cosas grandes en lo que es más pequeño.
Por eso, el sabio no emprende grandes cosas,
y en ello está su propia grandeza.
El que promete a la ligera
merece poco crédito.
El que todo lo considera fácil
lleva consigo numerosas dificultades.
Por esto, el sabio, en todo considera la dificultad,
y así en nada la halla.
64
Lo que está en reposo es fácil de retener.
Lo que no ha sucedido es fácil de resolver.
Lo que es frágil es fácil de romper.
Lo que es menudo es fácil de dispersar.
Prevenir antes de que suceda,
y ordenar antes de la confusión.
Un árbol que casi no puede rodearse con los brazos,
brotó de un germen minúsculo.
Una torre de nueve pisos,
se levantó desde un montón de tierra.
Un viaje de mil kilómetros (li),
empieza debajo de los propios pies.
Quien actúa, fracasa.
Quien tiene, pierde,
Por esto, el sabio actúa por la no-acción y no fracasa;
nada posee, y nada pierde.
El hombre suele malograr la obra cuando esta por concluirla.
Cuidando del final como del principio,
ninguna obra se perdería.
Por esto, el sabio aspira a no desear nada
y a no valorar lo que es difícil de obtener.
Aprende a no aprender,
regresa por el camino que los demás ya han recorrido,
y así, sin atreverse a obrar,
favorece la evolución natural de todos los seres.
65
Los antiguos que seguían el Tao
no esclarecían con ello al pueblo;
lo conservaban, por el contrario, en su sencillez.
Si un pueblo es difícil de gobernar,
es a causa de los eruditos.
Quien gobierna con la inteligencia
arruina el Estado.
Quien gobierna sin servirse de la astucia
enriquece el Estado.
Conocer estas dos cosas
es conocer la verdadera norma.
Conocer esta norma
es poseer la misteriosa Virtud.
La misteriosa Virtud es profunda y extensa;
es lo inverso a todas las cosas,
pero por ella todo se armoniza.
66
Los ríos y los mares son los reyes de los Cien Valles
porque se mantienen en la posición más baja.
Por esto, pueden ser señores de las aguas del mundo.
Así, el sabio que quiere ser superior al hombre
debe ser humilde en sus palabras.
Para ser la cabeza del pueblo,
debe quedarse atrás.
Así, el sabio permanece arriba
y el pueblo no siente su peso.
Conserva el primer puesto
y no molesta al pueblo.
Todo el mundo lo alza con entusiasmo sin cansarse
de él.
Como a nadie combate
nadie lo ataca.
67
Todo el mundo dice que mi Tao es grande,
aunque parece lo más extraño del mundo.
¡Pero es simplemente porque mi Tao es grande,
por lo que no se parece a nada en la tierra!
Si fuera comparable a cualquier cosa sobre la tierra,
¡qué pequeño habría sido desde el principio!
Tengo Tres Tesoros que guardo con cuidado y vigilo estrechamente.
El primero es Compasión.
El segundo es Moderación.
El tercero es Humildad.
Por ser compasivo, puedo ser valiente.
Por ser moderado, puedo ser generoso.
Por ser humilde, puedo actuar con autoridad.
Si una persona quiere ser valiente sin ser primero compasiva,
generosa sin ser antes moderada,
líder sin humildad,
¡sólo está cortejando a la muerte!
La compasión por sí misma puede ayudarte a ganar una guerra.
La compasión por sí misma puede ayudarte a defender tu estado.
Porque el Cielo acudirá al rescate de los compasivos
y los protegerá con su compasión.
68
Un buen soldado nunca es agresivo; un buen guerrero nunca es irascible.
La mejor manera de conquistar a un enemigo es ganarle sin enfrentarse a él.
La mejor manera de emplear a alguien es servir bajo sus órdenes.
¡A esto se llama la virtud de la no-lucha!
¡A esto se llama emplear las capacidades de los hombres!
¡A esto se llama estar casado con el Cielo desde siempre!
69
Los estrategas tienen un dicho:
no me atrevo a ser el anfitrión, sino el invitado;
no me atrevo a avanzar ni un centímetro, sino que prefiero retirarme un paso.
A esto se llama avanzar sin moverse,
arremangarse las mangas sin desnudarse los brazos,
capturar al enemigo sin enfrentarse a él, sostener un arma que es invisible.
No hay peor desgracia que subestimar la fuerza de tu enemigo.
Ya que subestimar la fuerza de tu enemigo es perder tu tesoro.
Por ello, cuando se enfrentan tropas en el campo de batalla,
la victoria pertenece a la parte más afligida.
70
Mis palabras son muy fáciles de entender,
pero muy difíciles de practicar:
Aunque el mundo no pueda entenderlas ni practicarlas,
mis palabras tienen un Antecesor; mis obras tienen un Dueño.
La gente no lo sabe.
Por ello, no me conocen.
Cuantas menos son las personas que me conocen,
más nobles hace a las que me siguen.
Por ello, el Sabio lleva burdas ropas,
mientras que guarda un jade en su pecho.
71
Darse cuenta de que nuestro conocimiento es ignorancia,
es una noble comprensión interna.
Considerar nuestra ignorancia como conocimiento
es enfermedad mental.
Sólo cuando nos cansamos de nuestra enfermedad,
dejamos de estar enfermos.
El sabio no está enfermo, por estar cansado de la enfermedad.
Este es el secreto de la salud.
72
Cuando la gente ya no teme tu poder
es señal de que está llegando un gran poder.
No interfieras a la ligera en sus hogares,
ni les impongas pesadas cargas.
Sólo si dejas de abatirlos,
dejarán de estar abatidos por tu causa.
Por ello, el Sabio se conoce a sí mismo, pero no se vanagloria;
se ama a sí mismo, pero no se alaba.
Prefiere lo que está dentro a lo que está fuera.
73
Quien es valiente de manera temeraria, perecerá;
quien es valiente sin temeridad, sobrevivirá.
De estas dos clases de valor, una es benéfica y la otra dañina.
Algunas cosas son detestadas por el Cielo.
Mas ¿quién conoce la razón?
Incluso el sabio se desconcierta ante tal cuestión.
El Camino del Cielo es conquistar sin luchar,
dar respuestas sin hablar,
atraer a la gente sin llamar,
actuar conforme a los planes sin premura.
Vasta es la red del cielo, entrelazada con amplias mallas y,
sin embargo, nada se escapa entre ellas.
74
Cuando la gente ya no teme a la muerte,
¿por qué se asustaría de su espectro?
Si pudieras hacer que las personas siempre temieran a la muerte,
mas persistieran en violar la ley,
podrías con razón detenerlas y ejecutarlas,
¿quién se atrevería entonces a violar la ley?
¿No está siempre ahí el Gran Ejecutor para matar?
Matar, para el Gran Ejecutor,
es como cortar madera para el maestro carpintero,
y desde luego serás afortunado ¡si no te hieres en tu propia mano!
75
¿Por qué se muere el pueblo de hambre?
Porque los de arriba les gravan con exceso.
Por ello se está muriendo.
¿Por qué es el pueblo difícil de gobernar?
Porque los de arriba intervienen demasiado y sirvan a sus intereses personales.
Por ello es tan difícil de gobernar.
¿Por qué el pueblo se toma la muerte al a ligera?
Porque los de arriba llevan una vida lujosa.
Por ello se toma la muerte a la ligera.
¡El pueblo no tiene sencillamente de qué vivir!
¡Saben cosas mejores que hacer que valorar una vida así!
76
Cuando una persona está viva,
es blanda y flexible.
Cuando está muerta,
se vuelve dura y rígida.
Cuando una planta está viva,
es blanda y tierna.
Cuando está muerta,
se vuelve marchita y seca.
Por ello, lo duro y lo rígido son compañeros de lo muerto:
lo blando y lo flexible son compañeros de lo vivo.
Así pues, un ejército poderoso tiende a caer por su propio peso,
al igual que la madera seca está lista para el hacha.
Lo grande y poderoso será colocado abajo;
lo humilde y débil será honrado.
77
Tal vez, la Ley del Cielo pueda compararse al estiramiento de un arco.
La parte de arriba se hunde y la de abajo se eleva.
Si la cuerda del arco es demasiado larga, se corta;
si es demasiado corta, se añade.
La Ley del Cielo disminuye lo excesivo y completa lo insuficiente.
La ley del hombre es diferente:
toma de lo insuficiente para aportarlo a lo excesivo.
¿Quién excepto del hombre del Tao puede poner
sus riquezas sobrantes al servicio del mundo?
Por ello, el Sabio efectúa su trabajo sin acumular nada,
y realiza su labor sin aferrarse a ella.
No quiere que sus méritos sean vistos.
78
Nada en el mundo es más blando y débil que el agua;
mas ¡no hay nada como el agua para erosionar lo duro y lo fuerte!,
pues nada puede reemplazarla.
Que lo débil venza a lo fuerte y lo blando venza a lo duro,
es algo que todos conocen pero que nadie practica.
Por ello, el Sabio dice:
Recibir la suciedad de un país es ser el señor de sus templos.
Cargar con las desgracias de un país es ser el príncipe del mundo.
Ciertamente, ¡la Verdad parece su opuesto!
79
Cuando se cura una gran herida, siempre queda una llaga.
¿Acaso puede ser esto deseable?
Por ello, el Sabio, aun teniendo la peor parte de un acuerdo,
cumple con su parte convenida, y no se querella contra los demás.
La persona virtuosa cumple con su deber;
la persona sin virtud sólo sabe imponer cargas a los demás.
La Vía del cielo carece de afectos personales,
pero siempre se halla en armonía con las personas bondadosas.
80
¡Ay del pequeño país con poca población!
Aunque posea aparatos mecánicos eficaces, la gente no los utiliza.
Deja que se preocupe de la muerte y se abstenga de emigrar a lugares lejanos.
Tal vez haya todavía carros y barcos, armas y armaduras,
pero ninguna ocasión de utilizarlas ni exhibirlas.
Deja al pueblo volver a comunicarse anudando cuerdas.
Procura que esté contento con su comida,
complacido con su ropa, satisfecho con sus casas
y siga acostumbrado a sus maneras sencillas de vida.
Aunque pueda haber otro país en la vecindad,
tan cercano que ambos están a la vista el uno del otro,
y pueden oírse recíprocamente el canto de sus gallos y el ladrido de sus perros,
no existen relaciones,
y a lo largo de sus vidas los dos pueblos no tienen nada que ver entre sí.
81
Las palabras sinceras no son agradables,
las palabras agradables no son sinceras.
Lo bueno no necesita retórica,
lo retórico no es lo bueno.
Las personas sabias no son eruditas,
los eruditos no son sabios.
El Sabio no toma nada para acaparar,
cuanto más vive para los demás, más plena es su vida.
Cuanto más da, más nada en la abundancia.
El Tao del Cielo es beneficiar, no perjudicar.
El Tao del Sabio es cumplir su deber, no luchar contra nadie
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