miércoles, 28 de septiembre de 2011

DIOS SABE LO QUE HACE

Se cuenta que una vez en Inglaterra, que existía una pareja que gustaba visitar tiendas en los centros comerciales de Londres. En una de las tiendas favoritas vendían unas vajillas muy hermosas, y allí vieron una tacita y la señora exclamó ¡nunca había visto algo tan fino como esto! En cuanto tenía la tacita en las manos, escuchó a la tacita que decía ¡Usted no entiende! Yo no he sido esa taza que usted está sosteniendo! Hace mucho tiempo yo era un montón de barro amorfo. Mi creador me tomo en sus manos, me golpeó y me amoldó cariñosamente. Llegó el momento en que me desesperé y le grité ¡Por favor! ¡Ya déjame en paz! pero solo me sonrió y me dijo: "AGUANTA UN POCO MAS TODAVÍA NO ES TIEMPO"

Después me puso en el horno. "Yo nunca había sentido tanto calor" me pregunté porque mi creador quería quemarme, así que toqué la puerta del horno.
A través de la ventana del horno pude leer lo que mi creador decía: ¡Aguanta un poco más, todavía no es tiempo!

Finalmente la puerta se abrió, me tomo mi creador y me puso en una repisa para que me enfriara. ¡Así está mucho mejor!; apenas me estaba refrescando mi creador me estaba pintando y cepillando, ¡el olor a pintura era horrible! sentía que me ahogaba.
¡Por favor detente! le gritaba yo a mi creador, pero el solo movía su cabeza con un gesto negativo y decía: ¡aguanta un poco más, todavía no es tiempo!

Al fin terminó y me metió nuevamente al horno, no era como el primero sino que era más caliente. Le grité y lloré para que me sacara, pero mi creador me decía "aguanta un poco más aun no es tiempo" justo cuando estaba por darme por vencido se abrió la puerta del horno y mi creador me tomó en sus manos y me puso sobre la repisa un poco más alta que las demás, después de una hora me dijo mírate al espejo ¡esta eres tú! yo no podía creerlo ¡esa no podía ser yo!

¡Lo que veía era hermoso! mi creador me dijo "se que te causó mucho dolor y calor estar en ese horno, pero de no haberte puesto allí seguramente te hubieras quebrado, también se que los gases de pintura te provocaban muchas molestias, pero de no haberte pintado tu vida no tendría color y si no te hubiera vuelto al segundo horno, no hubieras sobrevivido mucho tiempo. ¡Ahora eres un producto terminado! eres lo que yo tenía en mente cuando te comencé a formar"
Igual pasa con nosotros. Dios nunca nos va a obligar a que vivamos algo que no podamos soportar.

Dios sabe lo que está haciendo con cada uno de nosotros… Él es el artesano y nosotros
somos el barro con el que el trabaja. Nos moldea y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir con su voluntad.