GILBERT BRENSON LAZAN
Socio-Fundador Amauta International, LLC
Ya todo el mundo está hablando de “engagement”…el nuevo “sabor del
mes” de la jerga organizacional. El problema es cuando hablen de él como una
cosa y no un proceso. La palabra en inglés, además de significar “compromiso
matrimonial”, se refiere a "una colaboración laboral significante y
mutuamente beneficiosa". La mejor explicación que conozco viene del Dr.
Gideon Rosenblatt, un guru de Mercadeo y el Director Ejecutivo de Groundwire,
una importante organización que promueve la protección ambiental sostenible.
Rosenblatt habla del desarrollo del “engagement”, en su caso de parte de los
grupos comunitarios, como un proceso evolutivo de etapas marcadas que también
podemos ver en nuestras organizaciones:
OBSERVAR: La persona muestra algún
interés y toma consciencia de lo mínimo necesario para pertenecer a la
organización, la cual inspira y facilita este contacto inicial y el enganche
y capacitacón laboral.
SEGUIR: La persona expresa su deseo
de colaborar y está dispuesta a cumplir algunas normas básicas para hacerlo.
La organización le ofrece valor agregado y promueve una comunicación
proactiva y clara.
RECOMENDAR: La persona habla
favorablemente de la organización y confía más en ella. La organización tiene
conductas dignas de confianza y está dispuesta a también confiar en su gente.
CONTRIBUIR: La persona da su tiempo,
energía y talentos para apoyar la misión de la organización y esta refuerza
material y psicológicamente el compromiso, los talentos y los resultados de
sus colaboradores.
RESPONDER: La persona se adueña de los
procesos en los que participa y se siente responsable de sus resultados y los
de sus compañeros. La organización delega y facilita el auto-empoderamiento
de sus colaboradores.
LIDERAR: La persona está dispuesta a
adquirir y usar efectivamente las destrezas de liderazgo y de liderar con su
ejemplo. La organización valora, facilita y premia el buen liderazgo.
Es una bello modelo que también resalta la importancia de dos factores
críticos en el engagement:
1.
Las personas que llegan a una
posición de autoridad y liderazgo deben haber llegado personalmente a esta
sexta etapa de desarrollo. Demasiados colaboradores excelentes en
conocimientos y en rendimiento fracasan como líderes porque nunca quieren o
pueden llegar al sexto nivel.
2.
La organización debe igualmente
valorar, facilitar y premiar este tipo de liderazgo. Si la cultura
organizacional no valora y refuerza por igual el ser y el hacer de sus
colaboradores, nunca llegaran a este sexto nivel.
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