viernes, 20 de junio de 2008

La Lección del Fuego

Un hombre que regularmente asistía a las reuniones de un grupo, sin ningún aviso dejó de participar de sus actividades.

Después de algún tiempo, el líder de aquel grupo decidió visitarlo en su casa.

Era una noche muy fría. Lo encontró en casa, solo, sentado delante de la chimenea donde ardía un fuego brillante.

Adivinando la razón de la visita, el hombre lo invitó a sentarse frente a la chimenea y se quedó esperando. Se hizo un gran silencio.

Los dos hombres solo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían.

Al cabo de unos minutos el líder seleccionó cuidadosamente una de las brasas que ardían y la empujó hacia un lado. Volvió a su asiento y esperó en silencio.

Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó su brillo hasta que se apagó.

En poco tiempo lo que antes era una fiesta de luz pasó a ser un pedazo de carbón muerto recubierto de una espesa capa de ceniza grisácea.

Ninguna palabra había sido dicha por ambos.

El líder, antes de irse, puso nuevamente al carbón en el medio del fuego. Casi inmediatamente se volvió a encender alimentado por las llamas de los carbones ardientes en torno a él.

Mientras el líder se retiraba, el hombre le agradeció por su visita y por la profunda enseñanza, mientras le aseguraba que participaría activamente de las actividades de la próxima reunión del grupo.

-ANONIMO-

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